¿Qué problemas origina la globalización en la genética animal?

28.07.2012 09:20

 

Se buscan genes en la ganadería

 

En los seres humanos, emparentarse con familiares cercanos, origina defectos genéticos en la descendencia. En los animales sucede algo similar. La globalización en la ganadería vacuna promovió progresos, pero también dificultades.

 

Desde que surgió la inseminación artificial y luego el trasplante de embriones de buenas vacas lecheras, los centros de reproducción artificial del mundo centraron su atención en la búsqueda de los toros elites y los embriones de las hembras altamente productoras.

Foto: JORGE OLLER

LOS GANADEROS DE TODO EL MUNDO ESTÁN CONSTATANDO EL FENÓMENO CON LA APARICIÓN DE DEFECTOS GENÉTICOS Y  DISMINUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE LECHE EN LA RAZA HOLSTEIN

 

Pero ese intercambio de información genética a nivel mundial, trajo aparejado problemas: pérdida de diversidad genética y la consanguinidad en los bovinos. Un toro puede tener hijos en múltiples países al igual que una vaca, aun después de desaparecidos físicamente, mediante el semen o los embriones conservados.

La disminución de la producción de leche, de la fertilidad y la aparición de genes recesivos son el lado complicado de la globalización genética, aseguró el experto español Jordi S. Farré Rebull, de la compañía española Aberekin, quien viajó a La Habana para participar, recientemente, en el II Congreso de Mejoramiento Animal.

Existe preocupación sobre el problema en los ganaderos europeos, norteamericanos y japoneses, el llamado mundo occidental, por los inconvenientes advertidos en el intercambio genético masivo, esencialmente en la raza lechera Holstein, la más utilizada a escala internacional, apuntó el doctor Farré Rebull.

Explicó que la consanguinidad en la genética animal origina disminución de la fertilidad de las hembras lecheras, porque significa emparentar igual información genética, lo cual a su vez causa menor adaptabilidad de los animales en diferentes ambientes. "Otras de las consecuencias son la reducción en la productividad lechera y la aparición de defectos genéticos", añadió.

Para contrarrestar esos problemas sugirió buscar toros de pedrigee abierto (que sus ascendentes, padre y madre, no se hayan utilizado masivamente en la inseminación artificial o en el trasplante de embriones), para que aporten genes nuevos. Así se encontrarían toros mejoradores, pero es costoso hacerlo, advirtió.

"Por ejemplo, en la compañía en que trabajo, se prueban 35 toros Holstein anualmente y luego se seleccionan los mejores. De esos 35 solo quedan tres y los demás se desechan para la comercialización del semen." Tales criterios conducen a la reducción de las familias genéticas, reconoció.

El experto español consideró que la solución a corto plazo tiene mayores posibilidades en los institutos científicos gubernamentales, con la designación de un presupuesto para recuperar familias genéticas y conservarlas, lo cual contrarrestaría la disminución de la diversidad. Así se dispondría de genes nuevos que aporten nueva información a la familia ganadera mundial.

Esa solución es más difícil de imponer en un centro de inseminación artificial privado, pues aumentarían mucho los costos, sin ganancias inmediatas, pero aconsejó que tener en cuenta ahora este problema ahorrará dinero a largo plazo, por las consecuencias negativas que ya se constatan en la ganadería mundial.

RAISA PAGÉS