Cuando Falta Fibra

17.07.2012 19:55

 

LA COSA SE PONE ÁCIDA

Por Med. Vet. Marcelo Fernández
 
La alimentación puramente pastoril prácticamente no existe en los tambos de la Argentina. Los pastos tiernos de primavera se complementan con alimentos
energéticos, como los granos, y muchas veces la falta de alimentos fibrosos lleva a la acidosis, trastorno metabólico que puede controlarse mediante análisis de líquido ruminal.
Los rumiantes, y especialmente los bovinos, han subsistido entre nosotros porque tienen funciones muy útiles al ser humano. Como recordara Hogdson, las "vacas transforman material indigestible por el hombre en proteína y lo cosechan a distancias que no pueden ser recorridas por éste."
El rumiante tiene una cuba de fermentación por delante de los intestinos que es por donde se absorben los nutrientes, este tanque en el que el pasto es transformado en glucosa y proteínas es el llamado rumen o “panza”.
Cuando una vaca come pasto, el mismo es atacado en el rumen por una serie de microorganismos que rompen las estructuras anatómicas vegetales y las moléculas, produciendo Ácidos Grasos Volátiles (AGV), que son fuentes de energía. Todo este proceso debe llevarse a cabo en condiciones físicas y químicas determinadas para que se desarrolle sin problemas que puedan afectar la salud de la vaca lechera.
Todo va bien mientras el animal libremente elija lo que va a comer, pero el hombre, en el afán de mejorar su producción, vio que se podían ofrecer alimentos más eficientes en su relación volumen de alimento/energía disponible (concentrados como los granos).
La vaca lechera es una máquina que se ha ido perfeccionando hacia una mayor producción. El aumento en la cantidad de leche producida se debe hacer a expensas de una mejor y mayor alimentación. Como la capacidad de consumo es limitada, especialmente en el momento del pico de producción y por ende de requerimientos nutricionales, se soluciona esta relación negativa suministrando alimentos que en un volumen pequeño contengan una gran cantidad de energía (granos).

ACIDEZ

El cambio en la composición de la dieta trae como consecuencia una alteración en el ambiente ruminal el que, recordemos, debe ser estable para que las funciones digestivas puedan llevarse a cabo. Esta estabilidad está dada entre otras cosas por la acidez o alcalinidad (pH) del medio. Los microorganismos encargados de la transformación digestiva trabajan mejor en un medio con un pH relativamente estable.
El aumento en el consumo del almidón de los granos hace que el medio se vuelva ácido y se comprometa no solo la producción de leche sino la salud de la vaca.
Esta caída del pH es conocida como ACIDOSIS RUMINAL. Ahora bien, a los fines clínicos se ha determinado que esta acidosis se presenta de dos formas distintas: 

ACIDOSIS AGUDA y ACIDOSIS SUBCLÍNICA

Estas dos presentaciones comparten una misma causa predisponente, pero son muy diferentes en su manifestación. En la acidosis aguda una gran ingestión de carbohidratos rápidamente fermentescibles - como son los almidones- dan como resultado un repentino descenso del pH ruminal (acidez) que no puede ser compensado. A medida que desciende el pH aumentan las concentraciones de ácido láctico en el rumen, empeorando el cuadro. Esta cascada de consecuencias, muchas veces fatales, comienza cuando el pH ruminal desciende por
debajo de 5 en la escala de 1 a 14 (1 es la mayor acidez y 14 la mayor alcalinidad).
Cuando el descenso del pH no es tan marcado, como episodios diarios de alrededor de 5.5, se producen alteraciones internas que tienen consecuencias de difícil advertencia para el productor. Éstas podrían resumirse en las siguientes: alteración del medio óptimo para la digestibilidad de alimentos, lesiones en la pared ruminal que afectan el ingreso de nutrientes al medio y permiten el paso de bacterias ruminales a la sangre, formación de abscesos en hígado y pulmones y lesiones en pezuñas. Las consecuencias de todas estas patologías son de difícil diagnóstico y en general se atribuyen a otras causas; hay un descenso en el consumo de materia seca, rengueras, caída en la producción (especialmente de grasa en la leche), mermas en la fertilidad , etc.
La mayor manifestación de la ACIDOSIS SUBCLÍNICA es un descenso en el consumo de materia seca, condición que generalmente es subestimada
porque es difícilmente observable o medible. La disminución del consumo causa mermas en la producción de leche y en la fertilidad.
El período de mayor riesgo de ACIDOSIS SUBCLÍNICA en el tambo es durante el primer mes pos parto. Los requerimientos de fibra y energía de las vacas en la media y tardía lactancia son fácilmente alcanzados, pero dichos requerimientos durante la lactancia temprana son críticos ya que el gasto de energía excede la energía consumida. Para sobrellevar este desbalance, se suministran dietas con poca fibra y mucho almidón, lo que indefectiblemente aumenta el riesgo de acidosis.

MONITOREO DEL pH

La consulta de los productores en general llega por dos lados: "Las vacas no producen en función de la dieta ofrecida" o "cada vez tengo más vacas rengas". Normalmente la causa se busca en sucesos inmediatos a los síntomas, pero en general ocurrieronmucho tiempo atrás.
La forma de anticiparse y de diagnosticar correctamente el cuadro de ACIDOSIS SUBCLÍNICA es a través del monitoreo periódico del pH ruminal. Se ha visto que cuando el líquido ruminal toca en algún momento el pH 5.5 o menor, se producen lesiones que afectarán en el futuro la performance. Por lo tanto si se analiza el grado de acidez del “licor” ruminal se puede detectar el pH y efectuar las correcciones necesarias.
Esta metodología fue propuesta hace ya mucho tiempo. Las muestras se obtenían por sondas esofágicas que llegaban al rumen. Esto presentaba dos inconvenientes: por un lado no se sabía donde estaba la punta de la sonda y por el otro se estaba arrastrando saliva que alteraba la lectura de pH. Luego se mejoró parcialmente la metodología introduciendo la sonda rígida, que permite extraer la muestra casi siempre del mismo lugar, pero no mejoró la distorsión producida por la saliva.
Actualmente se utiliza una nueva prueba diagnóstica, la RUMENOCENTESIS, que es la punción del rumen para la obtención de “licor” ruminal. Con esta técnica la muestra es obtenida siempre del mismo lugar del rumen y las lecturas el Ph son así comparables entre animales. La zona de punción se establece sobre una línea paralela al piso, que pasa por la articulación fémoro-tibia-rotuliana (rodilla), y a dos traveses de mano hacia atrás de la última costilla.
Una vez obtenido el líquido, se debe medir el pH con un aparato especial, ya que la medición con cintas de papel no ofrece datos tan precisos.

DIAGNÓSTICO DE RODEO

La estrategia de diagnóstico es poblacional antes que individual. Se debe evaluar cómo está la acidez del lote de mayor riesgo del tambo: hasta 30 días pos parto, y se tomarán muestras en el pico de la más alta acidez que es entre 2 y 5 horas posteriores a la comida del concentrado.
Si más de la tercera parte de los animales muestreados presentan un pH menor a 5.5, el lote está en acidosis subclínica y deben tomarse urgentes medidas correctivas. Si el 30% se encuentra entre 5.6 y 5.8, el problema es marginal -debiéndose estar atento y si estuviera por encima, es normal.
Una vez diagnosticado el problema, se debe corregir. Obviamente el camino es la modificación de la dieta. En el primer paso se deben analizar por medio de tablas o de un buen programa de nutrición los requerimientos de las vacas y cómo se los alcanzan con los alimentos proporcionados.
Una vez determinada la ración ideal, quedan otras zonas por analizar. Los nutricionistas americanos recuerdan que hay 4 dietas:
1) la que se formula en la computadora,
2) la que se pone en el mixer,
3) la que se suministra al animal y
4) la que efectivamente come el animal.
Esto estaría indicando que no solo hay que mirar las tablas en las que figuran los contenidos nutricionales de los distintos animales, también se deberían tomar muestras de alimento de los comederos para ser analizadas.
FIBRA EFECTIVA
El principal seguro contra la acidosis es el porcentaje de fibra de la ración. Esto asegura un aporte importante de saliva (fundamental como buffer), la estructura del contenido ruminal para el desarrollo de microorganismos y la estimulación de la rumia.
Pero cuidado, que el análisis de fibra del alimento (Fibra Detergente Neutro o FDN) no es suficiente, ya que ésta es solo una evaluación química; hay que evaluar el porcentaje de FDN efectiva, o sea, se debe además controlar el tamaño de la partícula de la ración suministrada. El agregado de heno a dietas muy molidas y/o con mucho grano está indicado para reducir el riesgo de acidosis en las vacas lecheras.
A la ración se le pueden agregar sustancias químicas que controlan parcialmente el descenso del pH. Estas pueden actuar de dos formas: 1) Buffers, como el bicarbonato, que actúan combinándose con los ácidos y desactivándolos y 2) Ionóforos, verdaderos antibióticos que controlan el desarrollo de las bacterias productoras de ácido láctico.

ATENCIÓN

Los trastornos más claros de la acidosis subclínica son el descenso en el consumo de materia seca de alimento y la caída en el porcentaje de grasa de
la leche. Las concentraciones de proteína también se ven disminuidas.
Cuando en el rodeo hay problemas de patas, baja producción sin explicación nutricional, hay que revisar la dieta para descartar acidosis. Los
arrojamientos nasales de sangre, diarreas y pérdida rápida de estado sin causa aparente, pueden ser consecuencias de acidosis subclínicas ocurridas
mucho tiempo atrás.
(*) Asesor privado de establecimientos de cría, invernada y tambo.

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