Siguiendo los relatos de fantasmas les voy a contar una historia acontecida en una campo en Entre Rios, en una campo chico donde hay pocos y se conocen mucho. La mayoría hombres y ya que si no cocinan guiso hacen asado, esta noche calurosa de verano era partidaria par un asado abajo del sauce y un buen tinto a temperatura ambiente. 

Cuando a eso de las 10 de la noche estaban sentados comiendo junto al fuego con pan y cuchillo en mano, empezaron a sentir ruidos de caballos, ellos comenzaron a levantarse y mirar de donde venia el ruido quizás un par de peones a caballo que quieran sumarse al fuego y quizás debían tirar una tirita mas de asado a la parrilla, el asado que siempre sobra para uno o dos comensales. 

Miraban estos hombre y no veían nada y el ruido de caballos era mas fuerte, por el ruido calculaban que era una tropilla, pero creían que fueran caballos desbocados porque se escuchaba q un hombre le gritaba a los caballos y les pegaba con el rebenque. Ahí se percataron que era un carruaje,
por el ruido de ruedas de madera que seguramente es muy especial, Cuando quisieron acordar el carruaje paso junto a ellos el viento los tiro al piso y se llenaron de polvareda. Pero lo mas importante de esta historia es que ninguno de ellos vio el carruaje ni lo caballos, ni siquiera al hombre que les gritaba. No había nadie, el ruido se perdió en la noche al igual que los gauchos que dejando la carne en el asador, se metieron en la casa hasta el amanecer. 
Por la mañana llego el dueño del campo, ellos todavía bastante asustados le contaron la historia.

El patrón se sonrió," esta no es la primera vez que escucho esta historia", le dice " en la época de la conquista por acá corría el Camino Real, todas las semanas pasaba por ese mismo lugar la diligencia con pasajeros", así que concluyeron que ese ruido es de la diligencia que aun recorre los caminos de Entre Rios llevando a sus pasajeros a su destino. 
Que habrán visto esta gente... no se pero por las dudas no voy a internar averiguarlo..