Frontera Láctea

04.09.2012 11:14

 

AMPLIACION DE LA FRONTERA LÁCTEA EN LA ARGENTINA

La primera pregunta que uno debería responder es: ¿Por qué la lechería se desarrolló casi  exclusivamente en la Pampa Húmeda?. 

 
La respuesta inmediata, aunque cierta en alguna medida, no justifica que se haya limitado a  unas pocas provincias el importante nivel de la lechería argentina. Ella es “en la pampa húmeda se dan las mejores condiciones y fundamentalmente, está la mayor cantidad de consumidores”. 
En realidad, son diversos los factores que determinaron el actual “mapa” lechero argentino”.  
Un mapa que debe mirarse no solamente desde los fríos números, sino que ilustra sobre las diferencias casi “vergonzosas” entre una lechería del primer mundo como la que hoy podemos mostrar, y otra cuya única diferencia con los años 30 o 40, es que se reparte leche para consumo en reciclados envases plásticos, y no en aquella jarra de un litro que el lechero introducía en otro tacho mayor y volcaba en la cacerola de nuestras abuelas. 
Enumeraré una lista de causas por lo que así han sido las cosas, y que no pretende abarcar la totalidad de ellas.  
 

Tecnológicos

No puede discutirse que las bondades de los suelos y del clima de la pampa húmeda han sido un factor importante en el desarrollo de la producción agropecuaria, y en especial la lechería. Ésta fue evolucionando lentamente  a comienzos del siglo pasado, pero en las últimas décadas, la introducción de tecnología permitió lograr importantes niveles productivos, tanto en cantidad como en calidad. 
El trabajo desarrollado desde el sector oficial y privado permitió colocar a la lechería argentina entre las más avanzadas y competitivas del mundo. 
Y eso sucedió más allá de los periódicos “ciclos” lecheros. Aún  con algunas situaciones desfavorables, la introducción de tecnología fue una constante. 
No sucedió lo mismo en el resto del país, salvo algunas pocas excepciones (particularmente en el NOA). 
 

Culturales

Dado que no hubo prácticamente acciones realmente serias en procura del desarrollo de la lechería fuera de la Pampa Húmeda, ésta quedó estancada en el tiempo. Y siguió siendo una actividad de subsistencia, donde la producción de leche era (o es) destinada al 
autoconsumo, comercializando excedentes cuando los hay, ya sea como leche fluida o como quesos. Con el agregado que esa leche “cruda” o esos quesos (especialmente el queso criollo) tienen una alta valoración en muchas regiones. 
En un contexto diferente, esa es la lechería que podemos observar en muchas regiones. Que se quedó en el tiempo, pero con una importancia social que no puede desconocerse. 
 

Económico-financieros

Los intentos por modificar la situación de la lechería en esas regiones, en casi todos los casos, estuvieron  relacionadas a proyectos ligados a recursos financieros que provenían de subsidios o créditos “blandos”. Muy pocas veces aparecía el riesgo empresarial. 
Los proyectos fueron voluntaristas y demasiados expuestos a los ciclos de la lechería argentina. Se partía del supuesto que la instalación de una planta industrial, en especial para el pasteurizado de la leche, llevaría a casi en forma automática a un crecimiento de la 
producción local. 
Esto no es tan simple como en esos proyectos se imaginaba. La complejidad propia de la cadena de la leche, por un lado, y el desconocimiento particularmente de los aspectos comerciales, llevaron a esos proyectos al fracaso. 
Sistemáticamente, ante cada crisis de la lechería, se volcaban a esas regiones  productos, en especial frescos, a precios por debajo del costo. Los cuales podía o no ser de buena calidad o de primeras marcas. 
Resultaba imposible para cualquier emprendimiento sobrevivir a esas situaciones. De modo tal que, luego de un tiempo, se volvía a la  situación inicial (venta de leche cruda o elaboración de quesos caseros). 
Dada la falta de estabilidad de las condiciones macroeconómicas, a las empresas importantes no les resultaba atractivo explorar las posibilidades de otras regiones, ya que el nivel de incertidumbre resultaba demasiado alto. Y el grueso del consumo estaba en la pampa húmeda. 
 

Políticos

Aún cuando muchas provincias, en distintas épocas, intentaron el desarrollo de la lechería, las acciones fueron destinadas a acompañar  inquietudes, gestionar financiamiento o subsidios, pero nunca se hizo desde una visión estratégica. Las actividades agropecuarias 
típicas de cada región, obligaban a volcar los esfuerzos a esas producciones: Caña y tabaco en el NOA, algodón en el NEA, la vitivinicultura en Cuyo, solo por citar los ejemplos más paradigmáticos. 
El problema del abastecimiento de leche  fue más un problema del área social, que procuraba y procura asegurar, a  través de diversos planes, que el producto llegue a los sectores más necesitados. 
 

Estructura

Las condiciones que requiere una lechería moderna, en lo que hace a caminos, energía, etc, generalmente no existe en esas provincias.  
Al no existir plantas industriales a las cuales entregar la leche, si algún productor quisiera desarrollar la actividad, debería resolver esta situación. 
Descriptos los factores (que no necesariamente excluyen a otros), la pregunta que cabe es: ¿Sigue siendo eso una limitante? Y en el caso que alguno lo fuera, ¿cómo resolverlo?. 
 
 

Iremos por parte 

En lo que hace a los factores tecnológicos  el grado de avance producido en los últimos años, permite afirmar que hoy se cuenta con las herramientas para superarlos. 
 
En una extrema simplificación de lo que es la producción de leche, diríamos que es igual a
 

 vacas + alimentos. 

 
Respecto del segundo,  debemos diferenciar entre las distintas regiones.  El  subtrópico nos ofrece la posibilidad de utilizar numerosas especies verdaderamente perennes, con un altísimo nivel de producción de materia seca por hectárea. Por ser gramíneas C4 no tenemos la calidad ideal, pero es posible en esas provincias disponer, a mejores precios por evitar los costos de fletes, de subproductos como la semilla de algodón, 
o la hez de malta. Además, existen experiencias en la confección de silo de maíz o sorgo, que garantizan la confección de reservas como en las zonas tradicionales. El problema mayor, desde el punto de vista productivo, es la conformación del rodeo. De allí que cualquier iniciativa llevará un tiempo hasta constituirlo. Además, deberá analizarse la conveniencia de la utilización de razas o cruzamientos más adaptados a condiciones de 
calor y temperatura que no son las mejores para la producción de leche. Existe hoy una vasta información al respecto. Actualmente el Programa Nacional de Lechería del INTA está analizando la posibilidad de poner en funcionamiento un tambo en la región subtropical, capaz de generar la información que pueda requerirse ante posibles iniciativas. 
En cuanto a las zonas que disponen de riego, la seguridad de cosecha de especies como la alfalfa, normalmente destinada a la confección de fardos, permite contar con una base alimenticia excelente. Por otro lado, las modificaciones que se han producido en el valor de 
la tierra en la Pampa Húmeda, llevan a considerar, en las condiciones actuales , la diferencia de costos entre la cosecha mecánica y la que hace directamente el animal. En ese sentido, resulta de gran interés el enfoque realizado por Javier Zubizarreta en el Nº 215 de 
Infortambo.  También las consideraciones hechas por el Dr Ramón Gorosito en su disertación en Mercoláctea.  
Particularmente, pienso que no debemos temer a la rotura de algunos “paradigmas”, pues la propia evolución nos lleva, en todos los órdenes de la vida, a adecuarnos a las nuevas circunstancias.  
Vale para las regiones que disponen de riego las consideraciones hechas para el subtrópico. Las actividades agroindustriales generan subproductos que perfectamente se pueden utilizar en lechería. Además, sería bueno que así fuera. 
Los factores  culturales no se pueden modificar tan rápidamente. No obstante, todas las acciones que se desarrollan actualmente, en especial por programas sociales, deben tender a mejorar las condiciones higiénico sanitaria de la leche. Y aplicando un mínimo paquete 
tecnológico, sería posible mejorar la situación de muchísimas familias, incrementando la producción. De hecho, existen  varios ejemplos en provincias no lecheras, que están actuando en este sentido. 
En lo que hace a lo económico-financiero, solamente será superado cuando los proyectos que se desarrollen tengan su componente de riesgo. Y de hacerse, lo será por la radicación de empresas y/o empresarios de las zonas tradicionales. Eso se producirá cuando tengan un 
mayor grado de seguridad acerca de las posibilidades de las regiones que hoy no son lecheras, lo que les permitirá ampliar y mejorar sus posibilidades de negocios. Resulta inadmisible comprobar los kilómetros que recorre un litro de leche antes de llegar al 
consumidor. Y ese costo alguien lo paga. Es el productor o el consumidor. La búsqueda de eficiencia, seguramente, llevará a la industria a considerar esos costos. Simplemente para ilustrar, veamos cuál es la población de tres regiones de la Argentina, 
que, por supuesto, son “importadoras” de leche 
 

POBLACION  DE  DISTINTAS  REGIONES

NOA

Catamarca:     334.169 
Salta:             1.077.228 
Jujuy:              612.127                                 TOTAL:        4.166.145 
Tucumán:     1.338.921 
Sgo del Est.:    803.700 
 
 

NEA

Corrientes:     930.048 
Formosa:        485.568 
                                                                        TOTAL:          3.365.579                                                    
Chaco:            985.749 
Misiones:       964.214 
 
 

CUYO

Mendoza:      1.576.935
San Luis:         367.195 
                                                                        TOTAL:           2.853.588 
San Juan:        619.609 
La Rioja:        289.849 
 

POBLACIÓN  TOTAL  DE  ESTAS  TRES  REGIONES:    

                     10.385.312 Habitantes 
 
Como puede observarse, es lo suficientemente importante como para considerar la influencia de los costos de transporte, en especial de productos frescos. La eventual radicación de emprendimientos de cierta importancia, necesariamente llevará a la construcción de la estructura necesaria para trasladar e industrializar la producción. De igual modo, será importante el factor  político.  Esto es, que los gobiernos tengan en 
claro todo lo que puede aportar la lechería  para el desarrollo de una región. Ejemplos sobran en el país y en el mundo. 
Vivimos un momento muy especial, y sobre todo muy original en la lechería. De allí que debemos poner toda nuestra energía  en imaginar nuevas alternativas que permitan superar, como país, lo que parecen ser dificultades. Por el contrario, es una excelente oportunidad 
para imaginar nuevos escenarios en la producción de leche, con el respaldo que significa, para la Argentina, el nivel de conocimientos alcanzado por productores y técnicos. 
 
 
Ing. Agr. Hernán Pueyo 
Fuente infortambo