¿Lo sabías...?

10.02.2015 09:58

Antes de la llegada de Cristóbal Colón no existían caballos en América. En la Argentina los primeros equinos ingresaron en febrero de 1536, traídos por Don Pedro de Mendoza. Los descendientes de estos primeros animales formaron la raza criolla.

Unos meses después de su arribo, asediado por los indígenas y el hambre, Pedro de Mendoza debió huir de Buenos Aires y abandonó los caballos a su suerte. Una vez en libertad, estos se reprodujeron con facilidad gracias a los abundantes pastizales y al clima templado de la Pampa Húmeda. Así pasaron  400 años de selección natural y los caballos adquirieron las características que hoy definen a la raza criolla. 

A comienzos del siglo XX, todavía existían caballadas salvajes en la Patagonia, descendientes de aquellos primeros animales. Hacia allí fue a buscarlos Don Emilio Solanet, un veterinario que en su campo de Ayacucho dedicó su vida a la recuperación y el perfeccionamiento de la raza criolla. 

Hoy el caballo criollo es el caballo más apto para las tareas rurales. Versátil, rústico, resistente y dócil. Sus dos ejemplares más famosos, "Mancha" y "Gato", salieron en 1925 de Buenos Aires y recorrieron el continente americano hasta llegar a Nueva York, guiados por el suizo Aimé Tschiffelly.

Foto: www.folkloretube.blogspot.com