Desde China, país en el que se encuentra participando en la cumbre del G20, el Presidente Mauricio Macri rechazó nuevas negociaciones salariales antes de fin de año. “¿Cómo se van a abrir si ya se negociaron? Y la inflación va a la baja”, declaró el Jefe de Estado en una entrevista con Cadena3, de Córdoba.
La negativa del Presidente llega a pocos días de una marcha Federal multitudinaria el día viernes que precisamente incluyó en sus reclamos la reapertura de paritarias. Y en un contexto de negociación con la reunificada CGT sobre si se realiza o no un paro nacional.
Macri sostuvo además que “casi ninguno creía que en agosto íbamos a tener este índice de inflación que vamos a tener, que va a ser de uno y pico”, un dato que dará a conocer el Indec en los próximos días.
Las afirmaciones de Macri resultan polémicas si se tienen en cuenta los mismos datos oficiales respecto de los precios. Es cierto que la inflación general es menor a la de hace algunos meses atrás, pero también se verifica una importante caída del consumo por caída del poder adquisitivo.
El dato más contundente es hasta el mes de julio, que la inflación no baja en los artículos que no se dejan de consumir: los alimentos. Ese segmento mantiene variaciones porcentuales que de entre el 2,7%, 3% y 4,2% según datos del Indec, la Ciudad de Buenos Aires y San Luis correspondientes al mes de julio.
Eso último con un dato que agrega controversia y que según el propio Indec la producción de alimentos disminuyó un 8% en el último mes. En pocas palabras la oferta de alimentos se achica en vez de aumentar y los precios suben en vez de bajar.
El único reclamo sindical que el Presidente parece dispuesto a atender es el envío de la ley de ganancias antes de fin de mes para excluir a los trabajadores que más ganan. Este universo es cada vez más pequeño dentro del nuevo contexto económico, y deja afuera a más del 90% de los trabajadores.
Macri anticipó que la Economía crecerá en 2017 un 3,5% basándose en estimaciones privadas. Al mismo defendió su gestión y la de los incrédulos. “En cada momento dudaron de las cosas en que me comprometí”, dijo el Presidente. Sucede que la salida del cepo también tiene ribetes muy polémicos.
Primero porque el precio del dólar gira en torno a 15 pesos, cifra que el gobierno consideraba un desatino pronosticar. Luego, para que no siguiera subiendo el precio del billete, las tasas del BCRA se fueron a un 38% y aniquilaron cualquier crédito productivo. Eso llevó el dólar a unos 14 pesos, pero ahora que bajaron las tasas (29%) el dólar volvió a superar los 15 pesos. De allí que el “éxito” la salida del cepo tiene ribetes bastante relativos o al menos discutibles.
“Hablé del tema de los holdouts y lo cerramos antes de marzo. Nos comprometimos a liberar las importaciones y lo hicimos. También dije algo que fue tomado como un divertimiento y es que en el segundo semestre iba a bajar drásticamente la inflación. Nunca dije que íbamos a tener una fiesta”, concluyó Macri. Lo último es algo que nadie se animaría a discutirle.
