Manejo antiparasitario en el tambo

17.10.2012 10:44

 

Los parásitos gastrointestinales de los rumiantes provocan pérdidas por mortalidad, enfermedad clínica y subclínica e incremento en los costos de producción. En el rodeo lechero las categorías jóvenes (cría y recría) son de atención. Desde la salida de la crianza artificial (guachera) hasta la edad a primer servicio (Recría I-II) y desde el primer servicio al parto (Recría III). Estas categorías requieren un manejo racional estratégico de los parasitos.   

 
Los riesgos de que el productor pierda dinero por parásitos dependen:
1) del número de parásitos presentes en los potreros;
2) del tipo de género actuante;
3) de la edad de los animales expuestos;
4) del estado nutricional de las pasturas del potrero.
 
Esto significa que la pérdida de peso dependerá de las circunstancias en que se vean afectados los animales por los parásitos.
El mercado argentino es rico en drogas antiparasitarias, disponiendo el país de los más avanzados grupos químicos en la materia. La gran importancia que tienen los parásitos gastrointestinales en la Argentina, puede inferirse del mercado relacionado a drogas para tratar los parásitos. Sin embargo, los problemas con las parasitosis se suceden año a año siendo aparentemente un problema difícil de solucionar.
Los productores pierden dinero por parasitosis subclínicas, más que por problemas clínicos. Estas parasitosis son las que producen pérdidas de peso a partir de la recría que existen, pero que no se observa clínicamente. Se produce un lucro cesante. Se deja de ganar por efecto de los parásitos.
En términos generales los animales más expuestos a sufrir este problema, son el tambo a partir de los 2 meses hasta los 15-18 meses de edad. Los dos momentos claves para que la producción merme debido a parásitos son el período otoñoinvernal y el período de verano-otoño.
La administración de una dosis antiparasitaria al destete, o bien al destete y en primavera ha permitido evitar los casos de parasitosis clínicas. Con la administración de destete (marzo-abril) el productor evita la aparición de 
parasitosis mixtas en el período otoño-invernal que coincide con un momento favorable para el desarrollo de las larvas en las pasturas así como una disminución de la calidad y cantidad de forraje disponible en los potreros.
Con la desparasitación de primavera se evitan los efectos de la ostertagiosis tipo II (u ostertagiosis inhibida), dado que administrando antihelmínticos adecuados se eliminarán del cuajar gran cantidad de estados parasitarios inmaduros que ejercerán sus efectos al finalizar el verano o principios del otoño. Este manejo antiparasitario ha sido y es actualmente extensamente empleado por productores y veterinarios tanto en el país como en otras regiones ganaderas del mundo.
 
Reinfección y reinfección
 
Cuando el objetivo del manejo antiparasitario está destinado a evitar la parasitosis subclínica, responsable de las pérdidas económicas más importantes que sufren los productores debidas a parásitos, el tema se complica. La dificultad surge porque desde un punto de vista de la dinámica poblacional de los parásitos, mientras un 54% se encuentra afectando a los animales, el 95% restante está en las pasturas listo para ingresar a los mismos.
Por lo tanto, debe entenderse que la enfermedad parasitaria en producción no es sólo un problema de los animales, sino de los potreros en los que están esos animales. Independientemente de que la eficacia de cualquier antiparasitario que se emplee sea 100%, al mes de recibir el antiparasitario, los animales volverán a sufrir el efecto de los parásitos debido a la reinfección de larvas del potrero. No sólo están enfermos los animales de parásitos, sino que están enfermos los potreros en donde pastorean los animales. Se gasta dinero en desparasitar con eficientes drogas antiparasitarias. Sin embargo, luego de unos días de desparasitar, los animales vuelven a reinfestarse nuevamente con las larvas de las pasturas.
Por lo tanto, el manejo antiparasitario eficiente debe estar dirigido no sólo a eliminar la carga de parásitos puntualmente cuando se administra el tratamiento, sino también a prevenir la reinfestación mediante un correcto manejo.
Luego de la desparasitación, los animales deben trasladarse a “pasturas seguras” o “limpias de parásitos”.
Son ejemplos al respecto:
 
1. Rastrojos: son un recurso forrajero limpio de parásitos.
2. Pasturas anuales: por las labores agrícolas previas a su implantación pueden considerarse limpias de parásitos.
3. Pasturas no contaminadas: todo potrero natural o pastura implantada que se ha evitado de contaminar administrando siempre antes de que entren los animales a pastoreo una dosificación correcta de antiparasitario.
Dado que el peor enemigo de las larvas infectivas es la desecación, debe tenerse en cuenta que tanto los fardos, rollos o silo son alternativas forrajeras prácticamente limpias de parásitos.
Si el productor no dispone de recursos forrajeros “limpios” en cuanto a parásitos, puede llegar a generarlos. En ese sentido, existen alternativas recomendables a saber:
 
1. Pastoreo previo con animales adultos:
 
Los animales adultos (mayores de dos años) eliminan en materia fecal muy bajo número de huevos de parásitos. Pastorear una pradera contaminada previamente con animales adultos será como “aspirar” los parásitos con una aspiradora. Los animales ingerirán pasto con larvas pero no la traducirán nuevamente a larvas infectivas, limpiando de esta forma la pastura y transformándola en “segura” para los destetes que seguirán pastoreando en ese potrero. El veterinario en este caso tiene una importante labor controlando regularmente mediante la técnica de conteo de huevos por gramo de materia fecal (HPG) que efectivamente, los animales adultos no están eliminando cantidades de huevos importantes a la pastura. Esta hipótesis debe probarse dado que las enfermedades infecciosas, la desnutrición, el “stress” o el posparto pueden disminuir la inmunidad provocando una elevación del HPG aún en animales adultos, con la consiguiente contaminación del potrero.
 
2. Pastoreo alternado ovino/bovino:
 
Dado que algunas especies parasitarias no son comunes a bovinos y ovinos, si deseamos descontaminar pasturas de parásitos que afectan a los bovinos, podemos pastorearlas por un período de 3-4 meses con ovinos. Los ovinos ingerirán larvas infectivas peligrosas para los terneros pero no serán afectados por las mismas.Por otra parte, el pastoreo previo con bovinos puede llegar a reducir significativamente las pasturas de Haemonchus contortus parásito sumamente patógeno para los ovinos.
 
3. Desparasitación estratégico-racional:
 
Esta es una muy buena alternativa para llevar a cabo limpieza de potreros. Consiste en efectuar los tratamientos teniendo en cuenta la epidemiología de las parasitosis. En este caso, se deberá efectuar tres dosificaciones antiparasitarias sucesivas con un mes de intervalo durante marzo, abril y mayo. El método para ser efectivo debe llevarse a cabo por lo menos durante tres años seguidos. Luego, se considera al potrero un sistema cerrado y cada vez que se introducen animales al mismo se procede a desparasitarlos de modo de evitar la generación de larvas infectivas en el mismo. El principio de este método se basa en el conocimiento de la epidemiología de las parasitosis gastrointestinales. El INTA ha efectuado numerosos estudios al respecto en distintos lugares del país. Se sabe que la elevación del HPG ocurre en los animales de destete, particularmente durante marzo, abril y mayo, con la consecuente elevación de la carga de larvas infestivas en las pasturas durante mayo/junio. Luego del pico de HPG en el período descrito, éste baja como consecuencia de la inmunidad que se genera en los animales, disminuyendo la contaminación del pasto.
Por otra parte, al aumentar la disponibilidad de forraje durante la primavera, se diluyen las larvas en el pasto disminuyendo las posibilidades de infestación. Durante el período de verano, al aumentar la temperatura, se produce una disminución de la contaminación larval del pasto particularmente durante los días cálidos y secos. Por lo tanto, previniendo la contaminación del período otoñoinvernal se limpiará la pastura.
 
Sobrevida
Es común que productores y veterinarios consulten cuánto viven las larvas en las pasturas y cuánto tiempo debiéramos descansar sin pastorear un potrero hasta que esté libre de parásitos. En ese sentido debe tenerse en cuenta que la sobrevida de las larvas infectivas en las pasturas depende de las condiciones climáticas. Las larvas sobreviven muy bien las condiciones de humedad y temperatura  a que se ven expuestas durante el período otoño-invernal. Sin embargo, la contaminación de los proteros durante el período primavera-verano tiende a disminuir sensiblemente. Es precisamente debido a las condiciones climáticas de este último período que las larvas de ostertagia ostertagi han desarrollado un mecanismo que les permita sobrevivir los períodos climáticos adversos. A partir del comienzo de la primavera en toda la pampa húmeda se ha demostrado que las larvas de ostertagia ingeridas, comienzan un proceso de hipobiosis en la mucosa del cuajar, deteniendo su desarrollo hasta fines del verano o principio de otoño. Como resultado los bovinos sufren la llamada ostertagiosis de verano, o tipo II que se caracteriza por una marcada disminución de la ganancia de peso en un período favorable para el engorde. A los efectos de evitar este problema, se debiera dosificar durante noviembre-diciembre los animales, de modo de eliminar la población hipobiótica del cuajar y facilitar la ganancia de peso de los animales.Si bien en términos generales los principios activos antiparasitarios que se emplean en el país son realmente eficaces, deben emplearse de acuerdo a las circunstancias, con debido consejo del veterinario. Algunas drogas tienen excelente eficacia contra la ostertagiosis inhibida, mientras que otras o bien no tienen buena eficacia, o deben administrarse a mayor dosis en el verano. Por otra parte, existen drogas con poder ovicida que permiten que luego de 6-8 horas posteriores al tratamiento, los animales puedan ser trasladados a los potreros “limpios” sin temor a contaminarlos. En caso de emplearse drogas sin poder ovicida, debiera mantenerse a los animales tratados, durante por lo menos 36 horas en un potrero alternativo de descarga de huevos a los efectos de evitar contaminar la pastura “limpia”.Debe entenderse al establecimiento como un sistema cerrado, desparasitando en forma rutinaria y todos los animales que ingresen al mismo a los efectos de evitar introducir cepas parásitas.

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