Mate Cocido

16.07.2012 21:12

 

David Segundo Peralta (Monteros, provincia de Tucumán, 3 de marzo de 1897 - Provincia del Chaco, 1940?), mejor conocido como Mate Cosido, fue un gaucho transformado en "bandido rural" y por eso calificado de "delincuente" argentino que pasó a ser un conocido personaje del folclore regional del Litoral argentino y del Noroeste argentino.

Llegó a la provincia del Chaco hacia 1926 proveniente de Asunción y luego desde Corrientes. En prontuarios policiales de Tucumán, Córdoba y Santiago del Estero se registra a David Segundo Peralta alias "Mate Cosido" (1916 a 1924).
Aunque e veces se confunde su apodo con el nombre de la infusión "mate cocido", el apodo real es "mate cosido", en referencia a una cicatriz que tenía en la cabeza, llamada mate en la jerga popular, sobre todo la norteña.
Su personalidad era la de un hombre culto, se comportaba con humildad y educación, pagando generosamente el más mínimo servicio recibido, y así ganó aprecio y popularidad. Armaba los robos detalladamente. Las poderosas empresas que robaba (Bunge y Born, Dreyfus, La Forestal), daban lo imposible a las fuerzas de seguridad para su apresamiento. La leyenda urbana afirmaba que robaba a las multinacionales para ayudar a los pobres. A su vez la leyenda redondeaba su proceder aseverando que la espantosa manera de su accionar, era montada por las propias empresas que "robaban al pueblo chaqueño".
Mate Cosido se autotitulaba el bandido de los pobres, escribiendo artículos en revistas de la época, allanándose sobre los motivos de sus exacciones, que jamás robaba a los pobres para dárselo a los ricos. Así se hizo valer en los grupos anarquistas.
En su carrera delictiva usaba muchos documentos falsos fácilmente asequibles en Buenos Aires: Julio del Prado, Manuel Bertolatti, José Amaya, Julio Blanco.
Evitaba la violencia, nunca tenía enfrentamientos armados con la policía. No era por miedo, sino una manera de proceder.
Con el anarquista y bandido pampeano Juan Bautista Bairoletto proyectaron asaltar una fábrica de tanino, sin embargo Peralta desistió por no estar de acuerdo con lo que suponía sobrevendría: (Bairoletto) ejecutó el robo, dejando un empleado muerto en la balacera con la policía.
Los habitantes de Presidencia Roque Sáenz Peña, de Gancedo, y en definitiva la mayoría de los pueblos grandes, fueron admirados testigos de las acciones de Mate Cosido. Vestía casi disfrazado, o como peón rural o como viajante, para no levantar sospechas.
 

“Esta es la historia de un gaucho bueno

que un día el destino lo castigó

llenando su alma de tucumano

de la injusticia que lo venció“.

 

“Mate Cosido“, de Nélida Argentina Zenón.

 
Este no era el de la infusión, tenía su apodo por una gran cicatriz en su cabeza. Perteneció a un grupo de bandidos rurales de comienzos del siglo pasado, pero con un estilo no tanto al “Scarface” norteamericano, sino más bien como Robin Hood. Incluso se podría decir que era una versión cowboy del héroe británico. Lo conocían como “Mate Cosido”, él se hacía llamar “el bandido de los pobres”, y se llamaba Segundo David Peralta.
 
Las crónicas de la época indican que era un hombre muy culto y lo que caracterizaba a sus atracos era la minuciosidad con la que los organizaba. Además, dicen que prefería evitar la violencia y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. A todo esto se sumaba el broche del estilo Robin Hood al que me refería, pues les robaba a las grandes corporaciones de la época y a parte de su botín se lo entregaba a los más necesitados de su zona.
 
En su edición Nº 293, la revista Todo es Historia, que por entonces dirigía Félix Luna, publicó una reseña muy completa de nuestro héroe titulada: “Alias Mate Cosido”. El escrito de Hugo Chumbita recupera una vieja carta escrita por el mismo Peralta, que decía: “Muchas veces intenté rehacer mi vida y volver al camino que un día me descarrilé. ¡Vano intento! Caerá en un craso error y pecará de utopista aquel que crea que es posible realizarlo donde la policía conozca sus antecedentes, lo primero que hacen es quererlo conquistar como delator, si no acepta vienen las persecuciones“.
 
Al parecer, Mate Cosido tuvo problemas de joven con la Policía, a partir de una discusión de polleras con uno de los agentes. Eso provocó que lo persiguieran constantemente, demorándolo por hechos en los que no tenía nada que ver y hostigándolo constantemente. Se ve que los problemas de este tipo con la Policía han estado desde siempre en la historia Argentina.
 
Peralta nació en Tucumán, en 1897, pero la mayor parte de su vida se desarrolló en Chaco, después de que tuviera que alejarse por sus problemas con la ley. Anduvo por Paraguay, Córdoba, y varios lugares más, pero los atracos que lo dejaron en la historia fueron aquellos contra las empresas internacionales que se instalaron en la zona de la provincia norteña, como la Bunge & Born, Dreyfus, y La Forestal, y contra los grandes estancieros del lugar.
 
Mate Cosido fue tomando carácter de mito aún en vida, lo que lo acercó a la gente, a aquellos que lo ayudaban en su búsqueda de refugio de las fuerzas de seguridad. Incluso tuvo vinculación con otros bandidos rurales recordados, como Juan Bautista Vairoletto, con quien planeó algún asalto, pero se diferenció de él por su oposición a la violencia.
 
Como dije, hasta su final tuvo misterio. En un pedido de rescate por un secuestro habría sido traicionado, a lo más estilo Jesse James, por uno de sus hombres. Perseguido por Gendarmería, fue objeto de dos emboscadas, donde habría sido herido de bala en la cadera, se dio a la fuga y nunca más se supo de él.
 
“Si las luces de este pueblo,
te preguntan como he muerto,
deciles: que no sabes.
Mi revolver, mi campera,
mi hacha, mi trampera,
mis viejos perros, mi prontuario.
Tenés que estar prevenido,
un día la lancha, va a llegar,
me quedare tan tranquilo“.
 
“Historia de Mate Cosido“, de Adrián Abonizio