Luego de meses de negociaciones y presentación de distintas ofertas de parte de la firma alemana Bayer a la estadounidense Monsanto, finalmente se confirmó la compra por un monto total de 66 mil millones de dólares, lo que representa 128 dólares por acción. La suma involucrada en la operación equivale a dos veces las reservas que hoy tiene la República Argentina. |
||
 |
Tras conocerse la noticia de la fusión, las acciones de Bayer subieron en un 4,1 por ciento (hasta 97,13 euros) en la bolsa de Frankfurt. La compañía alemana espera que a los tres años de concretarse el acuerdo, aumente su beneficio bruto de explotación en 1.500 millones de dólares. Es decir, que juntos se convertirían en una firma con una cifra de negocios anual de 25.800 millones de dólares. El comunicado de la empresa Bayer se enfocó también en destacar que para los tenedores de acciones de Monsanto, el precio de venta significaba una ganancia del 41% con respecto al precio existente antes de la primera oferta realizada. Según informó la agencia Bloomberg, la capitalización de Bayer es de casi 89.000 millones de dólares y está presente en 77 países, mientras que la de Monsanto asciende a 46.000 millones y tiene sedes en 68 países. Con la fusión (que todavía debe ser aprobada por las autoridades de defensa de la competencia a finales del año 2017), la firma incrementa su línea de negocios en la industria del agro, desarrollada hoy por CropScience, que pasará a engrosar sus negocios sumando las más de dos mil variedades de semillas que hoy desarrolla y comercializa Monsanto. En nuestro país, la nueva empresa tendrá una cuota del 23,8 por ciento en el mercado de los agroquímicos. Esto le permitirá tener más peso en un mercado que es cada vez más concentrado. Otras fusiones en el sector El contexto en el que se da esta fusión puede ayudar a comprenderla. Por un lado, la empresa estatal ChemChina adquirió recientemente al fabricante suizo de semillas y pesticidas Syngenta (principal competidor de Monsanto), pasando a ser la tercera más grande del mercado de los agroquímicos, con una cuota de 16,2 por ciento de participación. A la vez, se van a fusionar las firmas estadounidenses Dow Chemical y DuPont, que juntas pasarán a tener un 16,3 por ciento de participación en este mercado. La concentración del mercado de agroinsumos entonces se acentúa cada vez más a escala mundial. Ahora serán cuatro las empresas que se dediquen a ello: los tres grupos recientemente conformados con las fusiones y la compañía alemana Basf. Desafíos de fusión Es sabido que en Europa las semillas genéticamente modificadas así como los alimentos provenientes de las mismas tienen diversas restricciones así como ciertos reparos por parte de los consumidores. La fusión Bayer-Monsanto está dando lugar a la salida de no pocas voces críticas en Alemania, país que, si bien cuenta con grandes empresas en el rubro de los agro insumos, también tiene en su población diversos reproches. El mayor desafío para la nueva firma va a ser construir la aceptación por parte de su propia ciudadanía. Tampoco es sencillo el panorama en Estados Unidos, ya que Monsanto ha conseguido una fuerte identificación interna, sería un riesgo perder la misma. Finalmente, cuestiones de compatibilización de posiciones en temas como patentes y derechos de propiedad – a un lado y el otro del atlántico- también estarían entre los temas a afrontar y resolver. |
|