Una devaluación con mala leche

11.02.2014 19:13

Pese a que el precio internacional de la leche en polvo es de US$5.064, un 37% más que en enero de 2013, y que la Argentina sigue exportando, las líderes del negocio, Sancor y la Serenísima, la están pasando mal. Es que el dólar oficial a $8 les complica el pago de sus suculentas deudas dolarizadas. Las empresas pidieron un ajuste en los precios al público al Gobierno, que aún no les habría dado respuesta. Pascual Mastellone, alma de La Serenísima, está de licencia por problemas de salud, y la empresa, hoy bajo la batuta de José Moreno, planteó un ajuste de 7%. Por cierto, el sector está de lo más movido.

* Nestlé acaba de trasladar al ejecutivo argentino que llevaba las riendas en Brasil, Pablo Devoto, a Chile, que surge como la nueva gran sede regional. Y la canadiense Saputo, dueña de La Paulina, Rubio y Molfino, está a la caza de nuevas oportunidades.

* El año pasado vino el hijo de Umberto Bossi, el presidente de la liga del Norte de Italia, para invertir en el sector frigorífico. Partió con numerosas propuestas y la promesa de desembarcar "más adelante". En enero Marcelo Elizondo, cabeza de la consultora DNI, asegura que ha recibido como pocas veces fondos de inversión estadounidenses y europeos. Los de EE.UU. le piden entrevistas con funcionarios, preocupados por las reglas de juego. Los europeos solicitan reunirse con empresarios. En ambos casos existe la inquietud acerca de cómo impactará en la Argentina, que destina el 75% de sus exportaciones a los países emergentes, la "actual debilidad de esas economías". También coinciden en que los activos argentinos "están baratos, pero aún no se deciden", contó Elizondo.

* Marcelo Fernández, dueño de cierres Lynsa, dice no guardarle rencor al ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. Fernández supo dirigir la CGE pero Moreno lo desplazó por Ider Peretti, el productor cordobés que saltó a la fama cuando defendió la política de Néstor Kirchner con el campo en el velorio del ex presidente. Ahora Fernández atiende en Bernardo de Yrigoyen al 700, donde dirige otra organización de pymes. Allí deslizó que "Guillermo (por Moreno) se quiere quedar a dar pelea". El principal cliente de los cierres de Fernández es el emporio textil de la familia de Juliana Awada, esposa del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Peretti, por su parte, asegura que seguirá con la batuta en la CGE. "Este no es un cargo público", se defiende. Cuando se le pregunta qué pasó con los fondos que recolectó para las víctimas de la inundación de La Plata, asegura que los $35 millones ya se están utilizando en la construcción de un barrio en La Plata, en un lugar que no sabe ubicar. Entre tanto, Jorge Pereyra de Olazábal, que hizo de lazarillo en la gira por Vietnam del secretario de Comercio, ya está de regreso en Buenos Aires. Eso sí, da las últimas puntadas para un suculento contrato por US$180 millones para la venta de remedios del laboratorio Gador, en el lejano país del sudeste asiático.

* De pronto, la palabra "inequidad" se puso de moda y ahora está en boca de muchos. La rescataron últimamente, entre otros, Obama, el Papa y la mencionó Cristina en su última aparición pública. Alberto Schuster, CEO de KPMG en la Argentina, escribió sobre cómo reducir lo que mina el crecimiento económico y la cohesión política y social. Sostiene que con crecimiento y una fuerte mejora de la competitividad no se resuelve. "Se necesitan políticas redistributivas", dijo.

* Mustafá Dogan, que cuenta tan sólo 37 años, fue enviado a la Argentina como parte del desembarco de la ascendente Turkish Airlines, que abrió aquí su segunda oficina en el continente después de Brasil. Turkish quiere crecer de los cuatro a los siete vuelos diarios. Pero Dogan confiesa: "Aún estoy tratando de entender cómo funciona la Argentina. El ambiente y las reglas de negocios cambian todo el tiempo y eso nos vuelve más cuidadosos".

Silvia Naishtat
Clarín