Vacaciones de invierno en Villa La Angostura

24.07.2012 17:56

 

La villa se prepara para recibir a sus visitantes con un invierno a pleno: esquí, aventuras y cerveza para disfrutar del frío en uno de los mejores paisajes patagónicos.

Villa La Angostura
 

El pasado 4 de junio se cumplió un año de la erupción del volcán Puyehue, que dejó a Villa La Angostura sepultada bajo un manto de cenizas. A pesar de todo –el sufrimiento, las pérdidas millonarias, la desazón e impotencia que generó el efecto volcán– el acontecimiento se conmemoró con alegría. Sí, alegría por la fantástica y pronta recuperación, que derribó los peores pronósticos. Hoy, Villa La Angostura es puro optimismo, y se prepara para la temporada invernal, confiando en que la nieve sepultará las cenizas definitivamente.

“Que la Villa siga siendo el paraíso turístico que es hoy”, escribió Maia Diem, dueña de la Hostería El Maitén, en el papelito que ató al globo que soltó hacia el final del evento conmemorativo, en el que se repartieron 4000 volcancitos de chocolate, se construyó un volcán gigante de chocolate y se les dieron diplomas de reconocimiento a todas las instituciones y entidades que colaboraron durante la emergencia.

Desde las rosas mosqueta y las frutillas hasta los renovales de radales, coihues y ñires, todas las plantas crecieron con más fuerza, según coincide la mayoría de los habitantes del lugar. Esto lleva a la conclusión de que la ceniza, finalmente, funcionó como un abono, aunque no sea un hecho comprobado científicamente.

Marcelo García Leyenda, secretario de Turismo local, adelanta a TurismoI12, optimista pero cauto: “El movimiento viene muy interesante en cuanto a consultas y reservas, aunque el invierno se activa con las nevadas. Más allá del esquí, queremos que nos acompañen a contar cómo está La Angostura y hacer partícipes a todos los visitantes de esta recuperación y de su imagen como destino”. García Leyenda recuerda que el 1º y el 25 de Mayo fueron fines de semana “históricos”, que alcanzaron “el record de los últimos años”.

La reciente inauguración de la telecabina séxtuple en el Cerro Bayo, que permitirá triplicar la capacidad de remonte del centro de esquí de Villa La Angostura y reducir un cincuenta por ciento el tiempo de llegada a la cota 1500, representa la mayor inversión realizada por un centro de deportes de invierno de la Argentina durante 2012 y una gran inyección para el turismo local.

Pero además de esquiar, La Angostura ofrece otras actividades para aquellos que quieran disfrutar del lugar y su recuperación. Pasen, vean, comprueben y divulguen que el jardín de la Patagonia volvió a florecer.

ESQUI EN EL BAYO Desde el año 2009, el centro de esquí comenzó con un ambicioso plan de modernización y mejoras cuyo objetivo es convertir Cerro Bayo en un centro de esquí boutique de alta performance. “Ni siquiera en los peores momentos pensamos en abandonar este sueño. Nuestro compromiso con la ciudad y la provincia siempre estuvo y estará vigente. Es por eso que, a pesar del volcán, seguimos trabajando y mirando hacia el futuro”, sostuvo Julián Arostegui, director de Cerro Bayo. Esta temporada los visitantes podrán percibir los beneficios de la ampliación del parque de estacionamiento, con accesos asfaltados, un ágil servicio de boletería conformado ahora por 12 ventanillas, nueva señalética en todo el complejo y la renovación de paradores gastronómicos. El centro cuenta con 340 hectáreas de superficie esquiable, un descenso máximo ininterrumpido de 6000 metros, 14 kilómetros de pistas esquiables y más de 200 hectáreas de fuera de pista con excepcionales vistas. Además, 13 medios de elevación, 23 pistas con cuatro niveles de dificultad, la mencionada telecabina séxtuple, seis telesillas dobles, dos monoplaza y cuatro teleski.

“Nuestras expectativas son las de volver a tener la misma cantidad de turistas que en 2010, cuando vinieron más de 90 mil personas”, señala a TurismoI12 Pablo Torres García, presidente de Cerro Bayo. “Ya contamos con reservas del lado brasileño y del mercado local. Y agrega: “La gran atracción de este año con respecto a medios de elevación es la Góndola Séxtuple, que va a significar un arrastre de 1600 pasajeros por hora, cuyo primer tramo llega desde la Base a 1500 y el segundo desde 1500 a la cumbre. Esta última será inaugurada a principios de diciembre de este año. Así los visitantes podrán disfrutar de las maravillosas vistas de la Villa”. Además está planificado construir un hotel cinco estrellas con vista al Nahuel Huapi, y un telesférico que unirá el pueblo con la cumbre del Cerro Bayo.

AVENTURAS EN LA PIEDRA Aquellos que en invierno no vayan exclusivamente a esquiar, pero gusten de la adrenalina, pueden pasar un día a pura aventura en el Centro Recreativo La Piedra, un emprendimiento del guía de turismo Sergio Broder, que ya lleva una década en la región. La Piedra ofrece actividades para toda la familia, desde un canopy para grandes y chicos con maravillosas panorámicas hasta paseos en cuatriciclos, caminatas con raquetas y descenso en rappel.

El Megacanopy comienza a 50 metros de altura, recorriendo 250 metros de largo para alcanzar unos 70 kilómetros de velocidad en los dos primeros tramos, sobre un total de seis cables. Para quienes no se animen tan alto, se puede optar por hacer los últimos cuatro tramos, que arrancan a los veinte metros de altura, recorriendo un total de 550 metros. Es el que aquí llaman “Supercanopy”, apto para niños desde los tres años. El Megacanopy, en cambio, se puede practicar a partir de los diez años.

Para seguir en el aire, los visitantes más experimentados pueden descolgarse en un rappel desde 35 metros, y aquellos sin experiencia pueden optar por otro desde los 20 metros, que es un plano inclinado apto para toda la familia.

También hay dos paredes de escalada, una de 15 metros en la que el guía, a través de una cuerda, va bajando al visitante como si izara una bandera. Y otra de 25 metros, con una salida muy fuerte, sólo para gente con experiencia previa.

Volviendo a poner los pies sobre la tierra, no podían faltar las caminatas con raquetas, un clásico de la nieve. Desde aquí se organizan salidas hacia el bosque. Y también en tierra, pero sobre cuatro ruedas, existen dos opciones de paseos en cuatriciclos, un circuito “externo” y otro “interno”. El primero es de una hora y media, y se trata de una travesía en la que se recorren unos quince kilómetros por el faldeo del Cerro Bayo hasta un mirador. El otro es un circuito de media hora por dentro del complejo. En La Piedra hay también un sector de juegos exclusivo para los más chicos con puente tibetano, un minicanopy, casita en los árboles, cama elástica, peloteros y pared de escalada.

CABALGATAS PARA TODOS Pablo Loncomilla, el responsable de Montahue, tiene su establo y caballos bien a la vista para quien quiera pasar a visitarlo sobre la avenida Siete Lagos, una de las más transitadas de la Villa. Pablo ofrece diversas cabalgatas, desde las más simples por los alrededores hasta una travesía a Villa Traful de cuatro días.

La mayoría de estas cabalgatas pasan por el Mirador Belvedere, un clásico del lugar, desde donde se obtiene la más bella postal de Villa La Angostura. La excursión que llega sólo hasta el Mirador Cerro Belvedere es una cabalgata tranquila, que comienza por un sendero rodeado de bosques, con árboles y arroyos. Una vez en la cima, entre mates y bizcochos, se pueden observar el lago Correntoso, el puente del río Correntoso y el lago Nahuel Huapi.

Quienes quieran ir más allá pueden optar por seguir hasta la cascada Inacayal en una travesía de cuatro horas. Luego del Mirador, se entra en un sendero de bosque espeso poblado de cipreses, radales y lengas, a más de 1500 metros de altura. Más adelante hay que dejar a los caballos para continuar el ascenso a pie, y así en 10 minutos disfrutar de la maravillosa cascada.

En un recorrido de seis horas se puede llegar hasta el “Filo del Belvedere”. Partiendo temprano hacia el Mirador, y luego de un alto para descansar, los jinetes se abren paso entre senderos de rosas mosqueta, caña colihue, ñires y coihues hasta los 1700 metros de altura para llegar hasta el “Cajón Negro”. Poco después, el bosque le cede el paso a un sendero de piedras, desde donde se observa el filo de la montaña. Ascendiendo por ese mismo sendero se llega a la Cruz, un símbolo de madera hecho por antiguos pobladores mapuches en un sitio que ofrece una de las mejores vistas sobre los alrededores.

Otra opción para una cabalgata corta, de dos horas, es la que llega hasta la Playa Correntoso, un recorrido apto para todo público y jinetes sin experiencia previa. La excursión arranca por un camino urbanizado y plano, hasta llegar al Mirador del Lago Correntoso. Desde allí se puede bajar hasta la playa del lago, ideal para cabalgar libremente. Asimismo, hay algunas excursiones que duran todo el día, con almuerzo incluido, como la que va por el Camino Viejo al lago Espejo. Esta travesía parte temprano desde el puente del lago Correntoso, para luego ascender el camino del Cóndor hasta otro sendero en medio del bosque por donde solían transitar antiguos pobladores transportando mercaderías con sus carretas, que dejaron sus huellas marcadas. Una vez en la orilla del lago Espejo, se hace un alto para el almuerzo, y una fogata antes de emprender la vuelta.

Por último, los más osados pueden optar por una cabalgata hasta Villa Traful que dura cuatro días. En principio hay que ascender los 1800 metros del Cerro Bayo. Poco después, se cruza el río Bonito, para luego tomar un sendero hasta el cristalino arroyo Ujenco, de aguas transparentes y frías de deshielo. Allí mismo se monta el campamento, para disfrutar un asado y fogata por la noche. A la mañana temprano hay que cruzar el río Catarata, que se volverá a atravesar una docena de veces más en su descenso montañoso. Poco después se llega al sitio conocido como Corral de los Lagos, y desde allí se entra en un bellísimo sendero colmado de vegetación y animales silvestres hasta llegar al arroyo Malalco en Villa Traful, donde se hace noche, antes de emprender el regreso.

CERVEZA ARTESANAL Natalia Gransurger, Alejandro Camacho y Gabriel La Foret se conocieron aquí, y conjugaron su pasión por la cerveza, la gastronomía y la música en Bauhaus, una acogedora cervecería que abrió sus puertas en abril de 2011. Si bien Natalia y Alejandro ya elaboraban la cerveza Bauhaus desde 2008, sólo tras su encuentro con Gabriel –que es chef– llevaron a cabo el sueño del patio cervecero. “Nos conocimos por casualidad –cuenta Gabriel– y yo les pedí que me enseñen a hacer cerveza. En esa época yo trabajaba en un restaurante y todas las noches me llevaba una botellita de cerveza. Cuando nos conocimos me di cuenta de que la cerveza que me gustaba era la que ellos hacían.”

Bauhaus tienes tres tipos de cervezas: rubia, roja y negra. “Están hechas sólo con malta, lúpulo, levadura y agua, siempre respetando la ley de pureza alemana –describe Natalia–. Sin conservantes, colorantes ni aditivos, un producto completamente artesanal.” Natalia dice que la estrella es la cerveza, pero tiene que estar acompañada por buena gastronomía: “No sólo la cerveza es artesanal, sino que la gastronomía también. Acá no se compra nada, todo es hecho por nosotros”. La cerveza también se vende en locales de artículos regionales, chocolaterías y restaurantes.

Gabriel, responsable de la cocina, cuenta a TurismoI12 lo que se puede degustar en el local: “La carta está basada en todo lo que sirve para acompañar una cerveza. Tablas, pizzas, sandwiches que salen de lo común y platos típicos alemanes”. En Bauhaus se encuentran fiambres típicos, como la Cracovia y la Rosca Polaca, además de las clásicas salchicha con piel y el chorizo alemán con chucrut. Y como la estrella es la cerveza, no podía faltar en el acompañamiento de algunas especialidades, en particular las tablas de guisos a base de la cerveza: uno de pollo con la variedad rubia, otro guisado de carne a base de cerveza negra y uno de cerdo con cerveza roja.

“Apostamos todo a que el invierno va a ser bueno, a que la gente va a venir. Estamos preparando espectáculos musicales y promociones de cerveza”, se entusiasma Gabriel. “El turismo de La Angostura no tiene que acotarse sólo a enero y febrero, las dos mejores estaciones para venir son primavera y otoño”. Pasen, vean, y comprueben, Villa La Angostura volvió a florecer.

Fuente: Página/12.